Esta capilla, situada en el antiguo vecindario del Soler, aparece documentada por primera vez en 1294, aunque ya hacía más de un siglo que se había construido. Por las características de su fábrica podemos datarla en la segunda mitad del siglo XII.

Durante una visita pastoral realizada en 1685, se puso de manifiesto el mal estado de conservación de la cubierta y la necesidad de repararla. Probablemente en este momento se aprovechó para sustituir la bóveda románica por una de barroca. Desafortunadamente, la historia se ha vuelto a repetir y la cubierta cedió hace unos años, llevándose por delante buena parte del templo, hoy en día lleno de escombros y totalmente abandonado. Hay que actuar urgentemente para detener el progresivo deterioro del templo y su total desaparición. ¡¡¡Aún estamos a tiempo !!!

La misma suerte ha sufrido la masía que hay adosada.

El templo tiene una sola nave, rematada al este por un ábside semicircular, el cual ha sido profundamente reformado a lo largo de los siglos.

El interior del ábside no es visible desde la nave, pues fue cegado para instalar un camarín. En los muros laterales se practicaron cuatro arcos apuntados para aprovecharlos como capillas.

El acceso principal se hace mediante el muro oeste, aunque también hay una puerta en el muro sur, que comunica con la masia. La puerta del muro oeste está hecha con un arco de medio punto dovelado, que parece corresponder a alguna reforma posterior. También es de factura moderna el campanario de espadaña de ladrillos, que corona este muro.